Christine Granville, nombre de guerra de la condesa polaca Krystyna Skarbek, ha sido considerada por muchos como la mejor agente de los servicios secretos británicos durante la Segunda Guerra Mundial, e incluso se dice que era la espía favorita de Winston Churchill.

Nacida en 1908 en Varsovia, era la segunda hija de un rico banquero judío, el Conde Jerzy Skarbek, y tuvo una infancia propia de su clase social… hasta que la muerte de su padre en 1930, tras dilapidar su fortuna, le obligó a tomar las riendas de su vida. Comenzó a trabajar en las oficinas de un concesionario de Fiat, pero al poco tiempo cayó enferma… se le diagnosticó cicatrización pulmonar (causada por los humos de los coches o por la fibrosis quística heredada de su padre) y los médicos le aconsejaron trasladarse a vivir a la montaña para respirar aire fresco. Aquel cambio de aires le sentó muy bien: recuperó la salud y pasó de patito feo a esbelto cisne (en 1931, Krystyna fue coronada como Miss Ski). Además de ser una de las solteras más solicitadas -para cambiar su estado civil- se convirtió en una experta esquiadora y conocedora de la montaña. Allí conoció a Jerzy Gizycki con el que se casó en 1938 y un año más tarde se trasladaron a África cuando Jerzy aceptó un cargo diplomático en Etiopía.

Christine Granville

Cuando en 1939 Polonia fue invadida, se trasladaron a Londres y Krystyna se ofreció para combatir a los invasores. Cuando Churchill creó en 1940 el Special Operations Executive (SOE) para organizar acciones de sabotaje contra los nazis, la reclutaron. Ya convertida en Christine Granville, saltó en paracaídas en numerosas ocasiones, atravesó las montañas esquiando para infiltrarse en Polonia, organizó grupos de resistencia por toda Francia; no dudó en sobornar a militares alemanes, lideró equipos de sabotaje y de fugas, y burló varias veces a la temida Gestapo rescatando de la muerte a algunos prisioneros. De entre sus múltiples acciones que destacan su valor, determinación y encanto personal…

En 1941 fue capturada por la Gestapo. Tras un interrogatorio para obtener información, y poco antes de pasar a los métodos más brutales de tortura, Christine utilizó el método Hilary Swank -por la película Million Dollar Baby-. Se mordió la lengua y comenzó a escupir sangre como si fuese un síntoma de tuberculosis. Cuando la llevaron al hospital de la prisión le hicieron una radiografía de tórax… con sus antecedentes de cicatrización pulmonar, reflejados en la radiografía, y con los esputos de sangre, el médico confirmó la gravedad y la liberaron.

Condecoraciones Christine Granville

En 1944, los alemanes habían capturado a tres agentes de los alidados: el coronel Cammaerts de Scotland Yard; el capitán Sorensen del servicio secreto estadounidense y el comandante Zane Fielding, detenidos en un control cuando viajaban camuflados en un vehículo de la Cruz Roja. Iban a ser fusilados al día siguiente y la resistencia no tenía tiempo de montar un operativo de rescate. Christine, ni corta ni perezosa, se presentó ante el oficial al mando, comandante Fritz Harlan, exigiendo la liberación de sus compañeros. A Harlan le entró la risa y le preguntó quién era ella:

Soy espía y soy la sobrina del mariscal Montgomey.

Cuando el comandante alemán iba a dar la orden de detenerla, prosiguió:

Si aceptas, tu vida y la de tus tropas será respetada cuando lleguen los aliados. Si los tres prisioneros o yo sufrimos el menor daño, todos los alemanes de esta prisión, con usted al frente, serán ahorcados tan pronto sea ocupado este país».

Para convencerle de que no mentía, le dio detalles sobre la situación en que se hallaba la guerra en los distintos frentes y que Montgomery estaba ya muy cerca de donde ellos se encontraban. Alemania no estaba en aquellos momentos en una situación fácil y Hitler ya no hablaba de triunfo, sino, simplemente, de resistir. Harlan empezó a mostrarse preocupado… Finalmente, tras once horas reunidos, decidió acompañar a la muchacha a la celda donde se hallaban los tres prisioneros y todos fueron liberados.

En cierta una ocasión, Christine fue descubierta por una patrulla alemana y le pusieron un perro para seguirle el rastro. Parece que sus encantos personales también tienen efecto sobre los perros… bajo su hechizo, el perro se volvió completamente dócil y se negó a volver con los alemanes.

La leyenda cuenta que Ian Fleming se inspiró en ella para el personaje de Vesper Lynd en su primera novela de James Bond, Casino Royale.

Vesper Lind en Casino Royale

Fuentes e imágenes: The Guardian, Daily Mail, Mujeres de Leyenda